Henry Nicolas Rocha Merchan
Taller de redacción
Cruzando la ciudad. Una etnografía urbana
 Me encuentro en el bus SITP característico por ser de
color azul, transitando por la calle 19 y son las 2:00 pm del 9 de Marzo de
2014. El vehículo es de los grandes, es amplio, se puede decir que son de los
buses más grandes de Bogotá. Estoy sentado en la tercera fila atrás del
conductor, además hay otras cuatro personas sentadas, la primera esta atrás de
la silla del conductor, la segunda está en la parte derecha del bus justo
detrás de la puerta de entrada, la tercera está ubicada detrás del segundo
pasajero, y por último el señor conductor. El clima es soleado y con pocas
nubes. Las personas caminan por las calles con tranquilidad. El bus sigue
avanzando por la misma calle hasta la parada siguiente de donde me subí donde
se suben dos mujeres; ambas de baja estatura, la primera que parece ser la
madre denotado por sus pocas arrugas en la cara, pasa la tarjeta verdosa por el
lector y logra acceder al interior, la hija pasa la misma tarjeta pero la
maquina empieza a producir un sonido de alarma seguido de una voz de
computadora anunciando la insuficiencia de saldo que posee, por lo que le es
imposible entrar, al percatarse de suceso la hija pide de manera amable y casi
suplicando a los usuarios del bus una tarjeta para que pueda ingresar con la
condición de pagarle lo que cueste este pasaje. Los dos hombres señalan
negativamente con la cabeza en cambio la señora que está detrás del operador
del bus les hace el favor de prestarles la tarjeta por lo que la mujer puede
ingresar, luego la mujer bajita se dirige a pagarle el costo del pasaje con lo
que dice “son $1400, verdad” y se los entrega, en eso interrumpe el señor más
alejado de ellas diciendo que son $1700 lo que vale, de inmediato la mujer le
entrega un billete de $5000 y la contraparte le devuelve lo sobrante. La mujer
de baja estatura queda muy agradecida por el hecho que acaba de suceder y se
dirige a tomar asiento detrás de ella junto a su madre.
El bus recorre más de dos paraderos sin estacionarse debido a
la falta de gente transcurriendo la ciudad. Por fin en la estación siguiente se
suben tres personas, dos mujeres, un hombre, y realizan la misma acción, pasan
su tarjeta sobre la registradora y prosiguen a pasar por la máquina. Las
personas al interior del vehículo se percatan de la entrada de ellos y los
miran a ver cómo es su aspecto luego de eso siguen con lo que estaban, viendo
por la ventana. Cada uno de los nuevos pasajeros mira que puesto les queda
mejor y se detienen a observar todo el bus, las dos señoras prefieren sentarse
en la parte trasera totalmente sola en cambio el señor lo hace en la parte
delantera. En el momento en el que el bus vuelve a seguir su trayecto, todos
los pasajeros voltean a mirar la ventana y seguramente observar su alrededor
mientras están recorriendo la ciudad. En algunos instantes la mujer que está al
frente mío coge su celular e interactúa con él, ella lo guarda a veces y lo
vuelve a sacar para seguir mirándolo.
El bus se encuentra por la plaza de mercado cuando se detiene
en esa estación, acá se suben cinco jóvenes de entré 13 y 17 años, todos con
una patineta y con ropa deportiva, similar uno a la del otro, entran hablando y
haciendo bastante ruido, parecen gritando pero ese es su tono natural, uno hace
una broma y los otros responden riéndose. Cuando un joven pasa la registradora
se dirige al fondo del bus y así sucesivamente hasta que los cinco se
encuentran reunidos atrás. Aun así siguen teniendo el mismo volumen de voz por
lo que se puede escuchar su conversación y sus risas. Esas tratan de trucos
sobre la patineta que han visto por internet y elogian el vídeo seguido de
algún chiste.
El vehículo continúa su trayecto hasta llegar a la calle 13
sin ninguna novedad, cuando se supone que debe voltear a la derecha hacia
Corferías y luego irse por "la esperanza", el bus en vez de eso,
sigue derecho. Esto es debido a que hoy es el día de las votaciones en
Colombia. El vehículo sigue por este camino, los tripulantes no se alarman
porque tienen conocimiento del hecho y siguen con sus actividades, hasta que
gira a mano derecha y sale por "la esperanza", por el lado del centro
comercial "gran estación". Luego el conductor se detiene en el
paradero del puente de esa avenida, donde se suben una pareja de esposos
aparentemente.
jóvenes, ellos no saben cómo usar el método de la tarjeta
como pasaje y proceden a preguntar cómo es que tienen que utilizarlo. El
conductor les explica brevemente con lo cual pasan los dos, con una expresión
de felicidad y de logro algo así como el descubrimiento de una habilidad nueva.
Ellos pasan de largo platicando sobre lo sucedido, un método muy fiable para
ellos, es decir muestran su satisfacción frente al hecho.
Seguimos el camino hasta llegar al restaurante McDonald’s
donde, por supuesto, hay otra estación de los buses SITP, acá se sube una joven
normal con vestimenta dominguera, por no decir informal, ella ya sabe cómo
funciona todo y se sienta rápidamente en un asiento de la mitad del autobús.
Ella agarra su celular, entra a una aplicación y se dispone a chatear en él, se
ve a veces riendo y escribiendo, luego observa por la ventana y vuelve a mirar
su teléfono inteligente, casi como un proceso repetitivo.
El conductor pasa derecho por “ciudad salitre” sin detenerse,
sigue por el puente de este barrio, aún sin detenerse hasta llegar al sector de
Modelia. En este barrio. Tampoco tiene que estacionarse debido al mismo hecho,
no hay ninguna persona a quien recoger. El bus llega hasta la ferrocarril del
barrio Hayuelos y en todo el transcurso la gente realiza las mismas acciones,
mirar la ventana, chatear en su celular, hablarse una que otra vez con su
compañero de puesto, si es conocido, y los jóvenes en su conversación ya
desvariada.
Al parecer todos se dirigen a Castilla porque en ningún
momento se bajó del bus alguna persona. En cuanto a mí, llegue al puente de la
"Cali" y me levanté a tocar el timbre, que significa la detención del
vehículo en la próxima estación. Así termina mi travesía por Bogotá donde se
deslumbra la vida cotidiana de un ciudadano normal en su día de descanso, un
domingo.
